dos palabras...
>> 26 mar 2009
Por ahí se dijo alguna vez que la Filosofía es la madre de todas las ciencias, o también, dicho de otro modo, que las demás ciencias son huérfanas sin la Filosofía. Podría pensarse que expresados por gente afín a la Filosofía, entre ellas los "filósofos", tales dichos sean para enfatizar la importancia de su actividad, de su objeto de estudio... Más allá de esta mecánica que bien puede manifestarse en algunos casos, hay una razón profunda, esencial y poco cambiante a pesar del dinamismo de los contextos. Razón también ya dicha y explicada...muchas veces.. por ahí.. por allá... Quizá no la única, pero sí la fundamental. Razón profunda pero sumamente práctica, y más aún en el contexto general actual. También necesaria, ya que sin un destino, sin un sentido, sin saber adónde quisiéramos ir, o peor, sin saber adónde queremos ir, el conocimiento se tranformará, si ya no lo ha hecho, en precursor de desastre y horror. ¿Qué mundo queremos?, ¿qué vida queremos?. O lo que debería ser lo mismo: ¿qué mundo nos conviene, qué vida nos conviene?. Y más aún: qué mundo y qué vida nos conviene a nosotros todos... y también a todos quienes vendrán a materializarce más tarde o más temprano.
Filosofía como herramienta, aplicada en un ejercicio racionalizante de los quehaceres, sin neutralidad y totalmente opuesta a lo dogmático de la "ciencia" de hoy, y sobre todo a su hija la "tecnología". Filosofía que despierte la justicia social y la vocación de libertad. Que aminore la sumisión y agrande las conciencias. O bien, que al menos tenga este enfoque en su esencia...
Nada de esta "nueva" -sino "olvidada"- función filosófica pasa por ser "subjetiva". No debe ser neutral, aunque si objetiva, que no es lo mismo. Es ella en sí una práctica, un modo, un enfoque. Y no deja por ello de ser una ciencia. Por el contrario, es ciencia y ciencia madre de los demás saberes. Llegó la hora de que nos guíe a nosotros también, como resposables del "conocimiento". En dos palabras: que la Filosofía sea también madre nuestra...
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Filosofía como herramienta, aplicada en un ejercicio racionalizante de los quehaceres, sin neutralidad y totalmente opuesta a lo dogmático de la "ciencia" de hoy, y sobre todo a su hija la "tecnología". Filosofía que despierte la justicia social y la vocación de libertad. Que aminore la sumisión y agrande las conciencias. O bien, que al menos tenga este enfoque en su esencia...
Nada de esta "nueva" -sino "olvidada"- función filosófica pasa por ser "subjetiva". No debe ser neutral, aunque si objetiva, que no es lo mismo. Es ella en sí una práctica, un modo, un enfoque. Y no deja por ello de ser una ciencia. Por el contrario, es ciencia y ciencia madre de los demás saberes. Llegó la hora de que nos guíe a nosotros también, como resposables del "conocimiento". En dos palabras: que la Filosofía sea también madre nuestra...
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